En la calle Médico Manero Mollá, número 7. En Alicante. El hermano pequeño, rebelde y canalla de El Portal; restaurante a tan solo treinta pasos contados. Donde, a pesar de una deslumbrante barra de ibéricos y marisco fresco, lo que te pide el cuerpo es tomarte un Aperol Spritz y un sandwich Bikini trufado.
Un local con una decoración exquisita; entre un restaurante castizo de Madrid y un bar de moda neoyorkino. Con la personalidad suficiente como para que te sirvan un tartar de atún o una alcachofa confitada mientras suenan canciones de Los Pecos y Julio Iglesias. Y aceptar, con absoluta naturalidad, que es la única música que podría acompañar a semejantes viandas.
Con rollaco y sin reservas.